HISTORIA DEL OBELISCO EGIPCIO DEL VATICANO

Escrito por Gustavo Rico
Pocos conocen la historia del gigantesco obelisco de granito que esta colocado en medio de la Plaza de San Pedro en el Vaticano, la gigantesca aguja de granito es uno de los obeliscos más altos de Roma, su procedencia son las tierras faraónicas en Egipto. Este gigantesco obelisco fue llevado a Roma por barco en el año 37 d.C. Fue llevado a Roma por orden del Emperador Calígula desde la ciudad egipcia de Heliópolis para presentarlo como trofeo de guerra en el circo del emperador.
Luego fue colocado en medio del Circo de Nerón conocido como Circus Maximus o Circus Neronis.
Y, fue colocado en la Plaza de San Pedro el 10 de septiembre de 1586, y se necesitaron 900 hombres y 150 caballos para colocar el enorme obelisco de 350 toneladas, 25 metros de altura y de 4000 años de antigüedad. El trabajo recayó en el arquitecto Domenico Fontana, y tardó un año colocar el enorme obelisco, este traslado quedó impreso en el libro: Della Transportatione Dell´obelisco Vaticano et delle fabriche di nostro Signore Papa Sisto V.
Un dato curioso que cuando transportaban el obelisco el capitán Bresca, marinero de Liguria gritó en la Plaza de San Pedro: “¡Aqua alle funni!”, conocedor de las cuerdas de cáñamo que deben de enfriarse y mojarlos para que las sogas no se rompieran, como era un secreto y estaban los trabajadores amenazados a no decir nada ni divulgar nada, cuando el capitán gritó fue detenido y llevado directamente donde el Papa, pero el Papa Sixto V en vez de castigarle le entregó una bandera vaticana para izarla en su barco, y se le concedió a él y a todos sus herederos el privilegio de vender las palmas del domingo de Ramos en la Plaza de San Pedro.
Los obeliscos en Roma fueron traídos de Egipto para ser exhibidos y así demostrar el poderío del Imperio Romano que tenía subyugado al poderoso Imperio de los Faraones, por ello por muchos siglos los obeliscos fueron parte del Imperio Romano para demostrar así su hegemonía ante el mundo. Cuando el Imperio Romano cayó y la Iglesia Católica nació en el corazón de Roma, se le colocó una cruz arriba del obelisco para demostrar el triunfo del cristianismo ante el Imperio Romano y por ende sobre todos los imperios paganos del mundo.
Escrito en su base de mármol se lee: Ecce crux Domini (esta es la cruz del Señor); Fugite partes adversae (Huid, fuerzas del caos); Vicit Leo de tribu Juda (Venció el león de la tribu de Judá).

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