Caos y anarquía en las calles de San Salvador

Dibujo de la película The Wall


Los enormes sapos de concreto que impiden que uno salga de la calle atestada de autos, los portones, las plumas, los conos, botes y piedras colocadas en cualquier calle, los conductores abusivos que se parquean como si estuviesen en su casa, todo esto ahoga el tráfico de la ciudad. Volviendo al gran San Salvador más pequeño y complicado para conducir.


 Escrito por Gustavo Rico



 Según la Constitución de la República, todo salvadoreño es libre de transitar en el país, pero eso no se cumple cuando semana tras semana se construyen portones y plumas impidiendo el paso en calles y pasajes públicos, ahondando así al tráfico capitalino, y coartando el libre paso a los salvadoreños y extranjeros. Súmemele a este problema, el SITRAMSS, que ha hecho todo a la fuerza y sin ninguna planificación con la gente involucrada en el transporte colectivo.
Nadie regula tampoco cuando el semáforo esta en verde y sea imposible pasar, la gente se queda en medio de las calles irrumpiendo el trafico transversal, importándole poco los demás. Esa gente debería ser multada.
 A esto súmele que el día a día la prepotencia y la arbitrariedad de los salvadoreños nos están obligando a vivir en un país cada vez más pequeño y desordenado, gracias a que muchos ciudadanos se están apoderando de aceras, calles y pasajes públicos sin que nadie les diga o haga algo, ahondando más así al tráfico, al desorden y al clima de anarquía que se vive en el país.
Es alarmante conducir en las calles de San Salvador y tomarnos con que el atajo que teníamos para no caer en las trabazones diarias, ha sido cerrado por una pluma o por un nuevo portón, que cabe recalcar, no dan permiso de paso a quienes no viven ahí, por lo general advertidos en ocasiones, por prepotentes vigilantes armados malhumorados.
En los años ochenta a El Salvador se le conocía como la ciudad de los muros, ya que la gente construía a sus casas muros por los peligros del conflicto armado, en esos años, en horas de la noche e incluso del día muchas calles de San Salvador eran tierras de nadie, y los serenos de la ex policía nacional que cuidaban las colonias, eran asesinados por ser blancos de la guerrilla, y así poco a poco fueron desapareciendo, obligando a la gente convertir sus hogares en cuarteles.
 Hoy las cosas no han cambiado mucho, el peligro sigue siendo el pan diario del salvadoreño, y ya los muros al parecer no son suficientes para brindar protección, y hacer que la vida sea o se sienta segura, y hoy se cierran pasajes y calles publicas como medida de seguridad.
Pero ¿hasta qué punto eso es aceptable?, y quién limita lo que se puede cerrar o no. Hay calles que ayudan al descongestionamiento del terrible trafico capitalino, y de un día a otro son cerradas para uso exclusivo de residentes, como un ejemplo está la calle y pasaje que se encuentra sobre la calle Sisímiles (abajo del Burger King), y que va a salir a la calle San Antonio Abad por la Avenida 2 de Abril, el paso vehicular está vedado para el público, y así los residentes se han tomado como suyos los seis o siete pasajes de la zona, y hasta los dos parques y zonas verdes de la zona, ¿es correcto tal abuso y prepotencia?, ni autos ni peatones pueden pasar por esas calles, eso hasta donde yo creo es ilegal y va en contra de la Constitución de la República. Está bien cerrar pasajes pequeños con tope, pero cerrar calles públicas que ayudan a que el tráfico sea más fluido, no lo creo.
Muchos portones están obligando tanto a motoristas como a peatones a dar enormes vueltas a cuadras enteras, porqué en algunos portones ni a los peatones dejan pasar, sin importar que sean niños o ancianos que necesiten utilizar esas vías. La Alcaldía y el Viceministerio de Transporte ¿qué hacen al respecto? Otra forma de abuso son los chocantes conos sucios que ponen en cualquier acera: almacenes de ropa, condominios, talleres, residentes particulares etc. se han dado a la tarea de apartar la calle frente a sus casas u oficinas como si esta les perteneciera. Incluso hay casos tan descarados que se apropian de las casas de enfrente, hay talleres, oficinas y almacenes que se adueñan no solo de la calle que está a la par de sus instalaciones, sino que también colocan conos frente a otras propiedades donde muchas veces los inquilinos se sienten intimidados a reclamar.
Hay otros que hasta barriles con concreto ponen en la calle.
¿Acaso El Salvador es zona de nadie?, es que podemos adueñarnos así de las calles, de las aceras y de los pasajes sin ningún tipo de control, si seguimos así El Salvador será más pequeño, más intolerante y con gente más prepotente y violenta. Portones y plumas son ilegales El Articulo 4 de la Constitución de la República reza: Toda Persona es libre en la República. Por lo tanto nadie puede restringirle acceso a las calles que son de carácter público.
Pero como en este país la ley no existe mientras no tenga tono político, muchos conductores y peatones se ven en la triste realidad de tener que caminar más cuadras o manejar más calles ya que la regla es no dejar pasar a nadie que no sea conocido en dichos pasajes, colonias o avenidas enteras. Acá sólo quedan dos caminos, o quitar todos los portones y plumas que son realmente en contra de la Constitución de La República, o por lo menos, mantener todos los portones y plumas abiertas durante el día. A mí me indigna esta situación, pero en El Salvador la gente se está acostumbrando a que pasen encima de sus derechos sin que estos reclamen. Ningún medio de comunicación ha hecho mención de estos atropellos… este país vive 100% viendo noticias sobre política y asesinatos, pero nunca hacemos nada para hacer de nuestro país, un país más humano y agradable para todos.

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